Durante el embarazo su cuerpo experimenta muchos cambios, y los cambios en su sistema circulatorio no son una excepción. Su cuerpo materno se adapta a las necesidades de su bebé ya que la sangre proporciona todos los nutrientes y el oxígeno que su bebé va a necesitar durante todo el embarazo. A veces, el sistema circulatorio cambiante puede causarle molestias o complicaciones durante el embarazo, pero por lo general las cosas vuelven a la normalidad poco después del nacimiento de su bebé.
La circulación sanguínea fetal y materna
La presencia de su feto tiene un gran impacto en la circulación durante el embarazo. Toda la sangre circula a través de la placenta, que se adjunta a la pared interior del útero. La sangre oxigenada entra en las arterias de la placenta y se envía a través de la vena del cordón umbilical de su bebé. El feto extrae los nutrientes y el oxígeno que necesita de la sangre y luego envía de regreso la sangre desoxigenada a la placenta a través de las dos arterias umbilicales en el cordón umbilical. Esta sangre desoxigenada circula entonces de nuevo en su sistema cardiovascular y se transporta a través de sus venas de nuevo a los pulmones para su oxigenación.
Los cambios maternos
Durante el embarazo, el rendimiento cardíaco y volumen total de la sangre aumenta de un 30 a un 50 por ciento, de acuerdo con los manuales de Merck. El pico se produce alrededor de la semana 24 y luego empieza a bajar a alrededor de la semana 30 del embarazo. Cuando comienza el parto, aumenta de nuevo y luego cae rápidamente durante el parto cuando la sangre se pierde como resultado de la natalidad. Su ritmo cardíaco se eleva a cerca de 90 latidos por minuto. La presión arterial desciende generalmente en el segundo trimestre, pero se eleva de nuevo durante el tercer trimestre. La composición de la sangre también cambia, creando una mayor proporción de plasma de glóbulos rojos que en las mujeres no embarazadas.
Incomodidad y circulación sanguínea
Algunos de los cambios en la circulación sanguínea durante el embarazo pueden causar molestias. La hinchazón es común, especialmente en las piernas y los pies, debido al aumento del volumen sanguíneo y la presión sobre las venas en estas extremidades inferiores. La disminución en la presión arterial y un mayor volumen de sangre también pueden contribuir a la fatiga y dolores de cabeza durante el embarazo. Usted también puede desarrollar hemorroides como consecuencia de la restricción del flujo sanguíneo a la mitad inferior de su cuerpo.
Complicaciones
Si su sistema circulatorio no funciona correctamente durante el embarazo, es posible tener complicaciones. La restricción del crecimiento intrauterino, o el retraso del crecimiento intrauterino, es una condición en la que el feto no crece adecuadamente y puede ser el resultado de una mala circulación o defectos de la placenta o del cordón umbilical. Las amenazas para la salud pueden incluir la preeclampsia, un aumento peligroso de la presión arterial acompañada de proteína en la orina. También puede desarrollar anemia ya que el número elevado de glóbulos rojos utiliza las reservas disponibles. El mantenimiento regular de la atención prenatal le ayudará a mantenerse saludable durante su embarazo.
Recomendaciones para melojar la circulación sanguínea
Dormir sobre su lado izquierdo durante el embarazo podría evitar obstruir su vena cava, la vena que controla el flujo de la sangre de su cuerpo inferior de la espalda hasta su corazón. Ya que estar pie y sentado puede causar más acumulación de sangre en las extremidades inferiores, evite los tiempos prolongados de pie y siéntese con los pies en alto.